Escuela segregada, escuela mixta y coeducación
La utilización del criterio del sexo del alumnado, cuando se separa a chicos y chicas en escuelas distintas, da origen a escuelas separadas o segregadas de tunos y de niños y niñas.
Históricamente ése ha sido el criterio inicial de agrupamiento de la escolarización, con un profesorado de su mismo sexo y un currículum, diferenciado, siendo una de las causas de los comienzos de la feminización docente.
Así ha sido en nuestro sistema escolar hasta los pasados años ochenta y sigue siendo, en su primera manifestación al menos, en algunos centros privados.
Los efectos de la escolarización separada por sexos parecen ser de reforzamiento de los estereotipos y la desigualdad de género. Sin embargo, algunos grupos feministas lo reivindican por motivos muy distintos, que tienen que ver con la búsqueda de espacios libres de la agresión o la competitividad masculina.
A la escolarización conjunta de chicos y chicas se la conoce como escuela mixta, diferente del concepto de coeducación, aplicable a situaciones de escolarización en las que la integración de sexos en una misma aula conlleva una integración de género; es decir, cuando se pretende una educación igualitaria para chicos y chicas, sin imponer contenidos sexistas, ni actitudes o prácticas estereotipadas y discriminatorias en el currículo o en la interacción cotidiana.
Así ha sido en nuestro sistema escolar hasta los pasados años ochenta y sigue siendo, en su primera manifestación al menos, en algunos centros privados.
Los efectos de la escolarización separada por sexos parecen ser de reforzamiento de los estereotipos y la desigualdad de género. Sin embargo, algunos grupos feministas lo reivindican por motivos muy distintos, que tienen que ver con la búsqueda de espacios libres de la agresión o la competitividad masculina.
A la escolarización conjunta de chicos y chicas se la conoce como escuela mixta, diferente del concepto de coeducación, aplicable a situaciones de escolarización en las que la integración de sexos en una misma aula conlleva una integración de género; es decir, cuando se pretende una educación igualitaria para chicos y chicas, sin imponer contenidos sexistas, ni actitudes o prácticas estereotipadas y discriminatorias en el currículo o en la interacción cotidiana.